Los
alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición
algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha
incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie.
Gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un
organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial de la que
carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir
plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos
herbicidas. En Europa no todas las modalidades de transgénicos están
autorizadas, sólo algunas pueden ser cultivadas y posteriormente
comercializadas.
Los
transgénicos, desde su nacimiento, han suscitado mucha polémica.
Existen seguidores fanáticos y detractores acérrimos. Por ejemplo,
Juan
Felipe Carrasco,
ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña
contra los Transgénicos de Greenpeace en España,
cree que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos
vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad,
desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños
irreversibles". Para Carrasco "no
es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos",
apuntando además que "los que estamos en contra de los
transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos
en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente".
Para Greenpeace los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en
la agricultura, la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios
no están evaluados, etc.Sin embargo, Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid, piensa todo lo contrario. "Los transgénicos son la mayor innovación en producción de alimentos que se ha hecho en los últimos 25 años y no ha habido un solo incidente adverso ni para la salud humana ni para el medio ambiente" explicaba durante la última edición de MadridFusión 2010.
En cualquier caso, sea cual sea la elección final del consumidor, no está de más saber qué productos contienen organismos modificados genéticamente. Con este objetivo, Greenpeace ha elaborado la "Guía roja y verde de alimentos transgénicos". En la lista verde se encuentran aquellos productos cuyos fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos ni sus derivados en sus ingredientes o aditivos. En la roja están aquellos productos para los cuales Greenpeace puede garantizar que no contengan transgénicos.
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