
Son omnívoros, alimentándose desde savia de específicas especises de plantas en los bosques de galerías a las orillas de ríos y lagunas a frutos e insectos emitiendo sonidos cada vez que una fuente de alimento ha sido encontrada. Realizan agujeros característicos en los árboles absorbiendo la savia, goma y látex y regresando por varios días a nutrirse del mismo orificio. Los agujeros son de 10 a 20 mm de ancho y de 4 a 18 de profundidad siendo hechos primero hacia la base del árbol.


Cuentan además con un ciego en su sistema digestivo que permite aumentar el tiempo de exposición de los fluidos vegetales a los ácidos gástricos. Los caninos inferiores son similares en largo a los incisivos inferiores y los caninos superiores son conspicuos similares a los incisivos adyacentes, condición descrita como procumbente o semiprocumbente posiblemente como una adaptación a la alimentación de exudados. Los incisivos inferiores de C. pygmaea son estrechos y alargados de forma que los cinco dientes en la parte delantera y el centro de la mandíbula inferior son todos la misma longitud permitiendo roer los árboles y estimular el flujo de savia.
Viven en grupo pequeños, de 3 a 8 individuos con un promedio de 5, presumiblemente familias lideradas por una única hembra y un único macho maduros sexualmente, de 0 a 3 subadultos, 0 a 2 juveniles y de 0 a 2 infantes, abarcando el dosel de los árboles que marcan y defienden con glándulas odoríferas del pecho y el área suprapúbica pigmentada o no enmarcada por pelaje negro, y con llamados constantes que incluyen sonidos muy agudos especialmente cuando muestran hostilidad. Las especies de árboles de los que se alimentan varían de grupo a grupo independientemente de la disponibilidad y abundancia dentro de cada una de las localidades.

No hay comentarios:
Publicar un comentario